El arte de amar
El arte de amar sin ser amado
Sí, es un arte.
Tener la capacidad de dar sin recibir, de amar sin ser correspondido,
es una forma de entrega tan feroz como silenciosa.
Muchos lo han vivido… y lo han eternizado.
Cuando Bon Iver, en su cabaña, aullaba de dolor,
su energía encontró salida en Skinny Love.
Y quienes escuchamos esa canción no solo oímos una melodía:
sentimos una parte de ese tormento,
de esa soledad que se volvía paisaje,
de esa transformación que ya estaba tomando forma.
El dolor del amor no correspondido no es vacío:
es creación latente.
Es energía estancada en un nudo que, si logramos desatar,
puede volverse algo memorable.
Algunas cicatrices no quieren cerrarse del todo.
No por masoquismo, sino porque allí habita
una parte de nuestra verdad más desnuda.
Y a veces, solo desde ahí podemos crear.